lunes, 9 de julio de 2007

Vuelve Tato!!

Humor inteligente

En papel, vuelven los célebres monólogos de Tato

Cincuenta años después de que Tato Bores inaugurara sus monólogos televisivos, la voz del capocómico vuelve a aparecer desde las páginas del libro Monólogos de Tato , compilado por el guionista Santiago Varela.

Por Jorge Boccanera (Télam)


Tato y Varela, cuando hacían historia desde un programa de televisión.

Cincuenta años después de que Tato Bores inaugurara sus célebres monólogos televisivos, su voz vuelve a escucharse desde las páginas de un libro, "Monólogos de Tato", compilado por Santiago Varela, en una edición que publicó el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Varela fue uno de los guionistas del personaje televisivo de Bores que, desde la pantalla, desnudaba a la sociedad y a sus dirigentes. "Muchas veces lo único que hacíamos era poner en evidencia cómo se mostraban ellos mismos. Algo parecido a lo que hace TVR ahora. Nosotros usábamos la palabra en lugar del tape", relata Varela en una entrevista con la agencia Télam. El libro, que compendia fragmentos de los monólogos de Tato Bores (1927-1996), da cuenta del relato vertiginoso del personaje de peluca y frac en textos desopilantes y realistas a la vez, que alterna el chiste con la denuncia en un lenguaje popular pleno de refranes, guiños y locuciones de la calle. El retrato del personaje lo hace Varela por el lado del chamuyo ciudadano: " Una especie de otro yo más reo, más porteño, que dice las palabras... te canta la justa. Fulano dijo tal cosa, mengano dijo esto, el ministro lo otro, pero la justa te la digo yo para que la entiendas. Ese era el discurso de Tato".

Según Varela, la vigencia de Tato se debe a que " pasan las mismas cosas; incluso hay personajes que son los mismos aunque más viejos: los "Gordos" (por cierta dirigencia sindicalista), algunos gobernadores, muchos intendentes del Gran Buenos Aires... También se mantiene la impunidad, la violencia y la ley del gallinero". El público al que se dirigía Tato era el de clase media y alta: " Básicamente los sectores informados, que leían los diarios; gente interesada por la política y que se divertía con las caricaturas que hacíamos porque conocían al original. En los gobiernos militares la llegada al público fue mayor". El guionista -convocado por Bores en el 87 y que trabajó para el capocómico hasta 1993- define a un personaje para nada escéptico: " Tato vivió golpes de estado y censura, pero era un demócrata, creía en las instituciones; sobre todo en los comicios, donde 'meter el sobre en la ranura era como un orgasmo'". Los libretistas de Tato fueron varios - Landrú, César Bruto, Jordán de la Cazuela, Oscar Blotta, entre otros- todos con la tarea de construir un mismo personaje: el de la peluca, anteojos y frac. Varela piensa, sin embargo, que quizá haya sido Jordán de la Cazuela "el que primero delineó el personaje". Bores, que trabajó casi cuatro décadas en la televisión y llegó a filmar 16 películas, hizo del monólogo su especialidad. " Caricaturizábamos la realidad y sus personajes; exagerábamos los rasgos pero sin mentir", aclara Varela, y remata: "Tato dice lo que los demás saben y que no es precisamente la verdad oficial". El lenguaje de los monólogos es popular en un sentido amplio, salpicado con algún lunfardismo y sin la cuota de insulto que caracterizan al humor televisivo de hoy. El mismo Tato se refirió al tema, dijo que la televisión actual estaba dedicada "a la joda, a los entretenimientos y a la nada". "A Tato -que venía del teatro de revistas- le molestaba la puteada como chiste en sí mismo. Por eso cuidábamos lo que decíamos. En cuanto al bajo nivel de la TV, ya en aquella época los programas de Tato, con la cantidad de guionistas y la producción que tenía, sobresalía como una mosca blanca".